El 6 de
mayo de 2011 se vieron unas huellas de oso pardo en una ruta que une
Sallent de Gállego con Panticosa, cerca de la Casa de Piedra, que es paso de
osos en primavera.
En el Pirineo oscense/francés quedan 3 osos, en
los valles de Bearn, Ossau, Ansó, Echo y Aspe. En España, el oso está protegido
y declarado en peligro de extinción desde el año 1973 pero a pesar de la
protección, solo quedan dos poblaciones de oso, una de ellas en la Cordillera
Cantábrica y la segunda en los Pirineos, compartida con Francia y Andorra.
La población autóctona de los pirineos fue extinguida
cuando se mató a Cannelle, la última osa autóctona en una batida de jabalí. En
1996 se inició el Programa Life de introducción del oso en España, y hasta 2006
se han introducido algunos ejemplares de osos eslovenos en las vertientes
francesas y española. Desde entonces, a pesar de la persecución a la que se le
somete, la población ha ido aumentando a lo largo de los años, muy lentamente,
alcanzando actualmente los 25 ejemplares.
Cataluña se ha comprometido durante los
últimos años en la conservación de la especie, con ejemplares asentados en el
Valle de Arán y Alt Pallars. Han apoyado los planes de
reintroducción y conservación del oso pardo, y están viendo recompensado el
esfuerzo y los problemas derivados de la presencia del oso (ataques al ganado,
destrozos en colmenas, problemas con los cazadores…)
Las medidas conservacionistas implican el pago de una
compensación a los ganaderos por el ganado matado por el oso. Estas indemnizaciones
no siempre han llegado a los ganaderos, provocando en marzo de este año una
demanda de los ganaderos afectados contra el gobierno aragonés. Es necesario
garantizar a los ganaderos el pago de las ayudas si queremos que la
reintroducción del oso en el Pirineo Aragonés sea una realidad.
El oso pardo es un reclamo turístico que se desarrolló
desde hace años en el Principado de Asturias y al que recientemente se ha
sumado el Valle de Arán. Se ha creado una industria turística y naturalista alrededor
del oso pardo, que bien regulada, protege a los animales y su entorno y genera riqueza en unos meses del año en los
que el turismo baja sustancialmente al terminar la temporada de ski: la
creación de centros de interpretación, organización de avistamientos, edición
de guías, la activación de la hostelería, venta de productos relacionados con
el oso…atraen turismo de calidad.
Es necesario aumentar la reintroducción por lo menos en
17 ejemplares para garantizar su supervivencia, y en febrero de este año
Francia se ha comprometido a la suelta de nuevos ejemplares eslovenos en la vertiente
francesa de Pirineos.
Espero que se lleve a cabo y sirva para que en este lado
de Pirineos aumente la sensibilidad política y se tomen medidas similares para
proteger una especie en vías de extinción y que es un símbolo de los Pirineos y
patrimonio de todos.
En este enlace, un interesante artículo e
información sobre lo que ha supuesto el Oso en el desarrollo económico del
Valle de Arán
Fuentes
Programa de Conservación del Oso Pardo en el
Parque Natural de Somiedo (Asturias) por
Fondo para la Protección de los Animales Salvajes
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