sábado, 22 de marzo de 2014

La leyenda de la Peña Foratata

La Peña Foratata “vigila” Sallent de Gállego por el norte. Esta mole gris es lo primero que ven todos los viajeros que llegan a Sallent. Como era de esperar, existe una leyenda:

“Anayet y Arafita eran dos dioses Pirenaicos más honrados y pobres del lugar, ya que habían sido despojados de todas las cosas valiosas y bonitas: los pinares, los senderos... Eran pobres pero dichosos, ya que tenían una hija preciosa e inteligente que se llamaba Culibilla.

Era tal su belleza, que a Culibilla la pretendían todos los Dioses Pirenaicos, pero a ella no le interesaba ninguno y los rechazaba a todos. Le gustaba jugar con unas hormigas blancas que trabajan incansables en el Valle. Era tan numerosa la cantidad de hormigas, que Culibillas bautizó este lugar como El Formigal.

Pero un día el gran dios Balaitous, el más poderoso de todos, se fijó en ella. Balaitous era muy temido, cuando se ponía furioso provocaba tormentas que azotaban los montes. A Culibilla tampoco le interesaba este temido y malvado dios, e  ignoró su ofrecimiento. Pero Balaitous, que nunca había sido rechazado, montó en cólera y decidió ir a buscar a Culibilla. Cuando acudió a raptarla y llevársela para siempre, Culibilla grito -¡a mí todas las hormigas!- y millones de hormigas blancas acudieron en su ayuda y la cubrieron por completo para protegerla. Balaitous huyó horrorizado y nunca más volvió a acercarse a Culibilla.


Como agradecimiento a las hormigas, Culibilla se clavó una daga en el pecho para guardar dentro de su corazón todas las hormigas que le ayudaron. Ahora, la Peña Foratata es su pecho y cuentan los habitantes del lugar que cuando pasean por el Valle y se acercan a la Peña, se oyen los latidos del corazón de Culibillas. Cuentan que desde entonces ya no se ven más hormigas blancas en el Valle."


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión, sugerencia o crítica, siempre que sea constructiva