domingo, 14 de septiembre de 2014

Los contrabandistas del Pirineo


Donde hay una frontera, hay contrabandistas que las pasan de noche con mercancías prohibidas. También llamado estraperlo, descamino, ha sido durante generaciones la forma de vida de los “paqueteros” que vivían con sus propias leyes y códigos.



El término contrabandista se refería al paquetero que movía mercancía entre fronteras. En muchos casos esa mercancía no era suya, pertenecía a comerciantes y fabricantes que contrataban sus servicios para la “distribución”. Se dice que muchas de las grandes fortunas de familias vascas, navarras y catalanas se obtuvieron utilizando estos “canales de distribución”. Ellos eran industriales, empresarios o comerciantes respetados, pero el transportista era el “contrabandista”. Siempre ha habido clases y aprovechados de la necesidad ajena.

Los contrabandistas tradicionales del Pirineo aragonés a menudo eran gentes humildes que a través del tránsito de mercancías se ganaban la vida. Muchas veces más que contrabando de mercancías prohibidas, era un intercambio de mercancías para evitar el pago de aranceles.

El contrabando fue más activo en periodos inestables y difíciles, especialmente entre los años cuarenta y los años sesenta del siglo pasado, en épocas de posguerra y de escasez de suministros. La necesidad obligaba a buscarse la vida.
Se contrabandeaba con ganado vacuno, lanar, caballos, perfumes y cosméticos, café, azúcar, tabaco, telas y sedas…incluso se dice que por el Valle de Tena pasó una cosechadora desmontada en piezas.

El Conde Henry Rusell, que exploró los Pirineos entre finales del XIX y principios del XX fue desvalijado en una ocasión por contrabandistas. Fue a Francia, se compró un pistolón y durante sus incursiones pirenaicas lo llevaba bien a la vista, para disuadir a los bandoleros con los que se cruzaba de intentar desvalijarle de nuevo.

Existen dos travesías que recorren los mismos caminos, collados y picos que andaban los paqueteros en aquellos tiempos y nos dan una idea de la dureza de la vida que llevaban.

“La senda de los contrabandistas”: Era una travesía clásica de “paqueteros” entre Francia y España. Parte desde el telecabina de Artouste, situado a 15 km. de la frontera de Portalet, sigue bordeando el lago D´Artouste y llega al refugio, lagos y collado de Arremoulit, entre los picos Palas y Arriel. Desciende hasta el ibón Arriel alto, se pasa al ibón Arriel inferior y desde aquí a Plano Cheto. Siguiendo el GR 11 que viene del Respomuso, llega al embalse de La Sarra, y en 30 minutos, acabamos en Sallent de Gállego.

“La ruta de los contrabandistas”: Sallent de Gállego también tuvo mucho trasiego de paqueteros con Canfranc y se ha creado una ruta de trekking circular, “La ruta de los contrabandistas” con inicio y final en Canfranc Estación. 
En http://www.sendacontrabandistas.com/ detalla el recorrido de 5 días, un homenaje al Conde Rusell.

Sería muy interesante crear “La carrera de los contrabandistas”, una carrera de montaña que recordara la dureza de aquellas gentes, unión de historia, romanticismo y deporte.


Fuentes

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